nota editorial abril 2006

EN DEFENSA DE LOS VALORES MUTUALISTAS

Estamos en presencia de una tremenda campaña mediática, que afecta al mutualismo como institución y que tiene un trasfondo de intereses económicos y financieros concomitantes. Su origen responde a un plan concebido con el propósito de desprestigiar a las mutuales, para instalar en su lugar, a las entidades bancarias nacionales y privadas en el mercado, otrora despreciado por las mismas y ahora objeto de su codicia, que es el mini crédito a jubilados y pensionados.

Si bien es cierto que hemos visto el accionar de “pseudas mutuales”, que sirven de pantalla a capitales especulativos de múltiples procedencias, que escudados en esa apócrifa denominación, nada tienen que ver con la doctrina y la historia de un movimiento social absolutamente solidario como es el mutualismo, no es menos cierto, que se pretende confundir a la opinión pública haciendo creer que el sistema en su conjunto, es perjudicial para los intereses de los asociados.

Por cada una de esas asociaciones ilícitas, tomadas como ejemplo indeseable, existen miles de mutuales en todo el país, algunas con actividad más que centenaria, cubriendo requerimientos de comunidades en materia de salud, vivienda, capacitación, ayudas económicas, turismo, calidad de vida, etc. y de esto puede dar fe legal y pública el INAES, organismo encargado de la regulación, contralor y fomento del mutualismo nacional.
Se omite así deliberadamente, reconocer que los servicios y beneficios que las mutuales brindan a la comunidad, no le son proporcionados por ninguna otra empresa de índole lucrativa, ni tampoco por el propio Estado.

Ante esta emergencia, se impone en forma inexcusable, que todo el movimiento mutualista alce la voz en respuesta de este ataque corporativo y defienda en todos los ámbitos de orden nacional e incluso en los foros internacionales, la noble misión humanista y el aporte de los valores del mutualismo, en la economía social y solidaria de nuestro país.

Desde nuestras Entidades y a través de las organizaciones de segundo y tercer grado (FEDEMBA, CONAM y Odema) que nos nuclean, propugnaremos, ante la gravedad que reviste la situación que enfrentamos, una actitud firme que dé una respuesta contundente con energía y determinación y que ponga en claro la legítima representatividad de los intereses del sistema. Con esta unidad conceptual, más que estructural, lograremos el respeto y consideración que merece el mutualismo, en su carácter de vocero de millones de compatriotas cuyas necesidades nadie atiende fuera de su mutual.

Alfredo Sigliano
Presidente AMPF