nota editorial enero 2010
 1810- 2010 BICENTENARIO DE NUESTRA PATRIA 

En los umbrales de la celebración del bicentenario de la revolución de mayo de 1810, gesta heroica que diera origen a la patria de los argentinos, nuestras mutuales no pueden estar ausentes en la recordación y homenaje del magno hecho histórico, por la profunda significación de la gesta revolucionaria americana y su indiscutible connotación con la finalidad sustantiva del sistema social y solidario, que inspira a la filosofía de la mutualidad, basada en los principios señeros de libertad, igualdad, justicia y equidad, todos valores esenciales de la humanidad, reivindicados por nuestros próceres y que aún se encuentran en gran medida irresueltos.
Es verdad incontrastable, que más allá de esa deuda pendiente, nos hallamos hoy inmersos en una crisis social, donde la corrupción y degradación incesante de esos valores, hace cada día más apremiante acudir a las reservas morales custodiadas por las organizaciones de la economía solidaria, que vienen luchando sin claudicar contra la marginación y la pobreza que genera en nuestro pueblo, la discriminación y la carencia de igualdad de oportunidades en un marco creciente de exclusión social.

Los héroes de mayo esperan que algún 25, el hecho fundador de nuestra nacionalidad, con paraguas o con sol, sea festejado por los argentinos sin discordancias en cuanto al origen de sus causas, ya sea que se lo piense como un acto económico, político o militar y en cambio, se entienda, que es todas esas cosas juntas, más un planteo todavía vigente de aquellas cuestiones básicas que llevaron a los Saavedra, Moreno, Paso, Belgrano, Castelli, Azcuenaga, Alberti, Larrea, Matheu y otros, a romper las cadenas de la injusticia, la dependencia y la tiranía.
Si la famosa semana de mayo, ha dejado alguna enseñanza válida para la hora actual, es sin duda el espíritu inclaudicable ante la adversidad de aquellos patriotas que nos dieron nuestra nacionalidad.

En estos tiempos, afrontamos todavía esos viejos problemas, acrecentados por la existencia de la extrema pobreza y la exclusión de innumerables compatriotas que la sufren, sin contar con la comprensión y el amparo de quienes tienen por obligación, preocuparse y ocuparse de darles solución.
Si a esto agregamos, que el crecimiento desmesurado del individualismo potencia en nuestra sociedad esa situación, resulta inexorable pensar que sólo un sistema inclusivo, participativo y eficaz, como lo es el mutualismo, podrá luchar con éxito ante este escenario donde prevalece la indiferencia y la irresponsabilidad social.
El mutualismo en general y nuestras mutuales en particular, se sienten convocadas para participar en una sostenida acción, tendiente a transformar esta dura realidad, aportando el valor indiscutible que posee una existencia más que centenaria del sistema, ejerciendo un rol aglutinante de voluntades y esfuerzos en procura del bien común.

Es de auténtica actualidad, repetir lo expresado en nuestra Editorial Nº 59, a principios de este año, que dice: “..Potenciar a nuestras mutuales, es propiciar la convivencia y el incremento de la autoestima de las familias asociadas, que pueden lograr, con autonomía de dependencia de todo tipo, de asistencialismos o prebendas, el acceso a sus derechos, especialmente en lo que respecta a la salud, educación, apoyo económico, salida laboral, etc., en un marco democrático e igualitario, que garantiza el esquema jurídico que rige para el funcionamiento del mutualismo...” No podremos celebrar en el año 2010 el bicentenario, sino asumimos, ya mismo, el compromiso de contribuir a saldar la deuda social existente. Por el contrario, si aprovechamos todo el potencial territorial y la riqueza humana de nuestro país, agregándole contenacidad y perseverancia, todo el esfuerzo de nuestro intelecto y de nuestro trabajo, volveremos a ser la tierra prometida que soñaron nuestros antepasados, donde la igualdad de oportunidad asegurará la obtención de un futuro de grandeza para nuestra patria.

De tal manera y solo así, estaremos en situación de festejar, junto a todos los hermanos argentinos, cualquiera sea su condición, ricos o pobres, pudientes o necesitados, pero alcanzados sin excepción por la idea y la práctica de la solidaridad social, el fausto acontecimiento del bicentenario de nuestra nacionalidad..