nota editorial junio 2005
A PROPÓSITO DE NUESTRA TAPA

Con motivo de celebrarse el próximo domingo 19 el DIA DEL PADRE, la primera plana de nuestro periódico se ilustra con una especie de simbiosis entre padre y padrino, que nos remite necesariamente a una valorización de ambas figuras y a recapacitar sobre los rasgos sociales que los vinculan. Es obvio que la paternidad adjudica, por sí misma, una función de guía espiritual para los hijos, incomparable e irremplazable, y su misión transita tanto por el terreno de lo material como por aquel, de un gran significado y responsabilidad, que es el de enseñarles y ayudarlos en la práctica de los valores trascendentes para desenvolverse en la vida, procurando para ellos, con su protección y consejos, un presente y un futuro promisorio. En cuanto al padrinazgo, cuenta la historia que, a lo largo de los siglos, ha tenido participación en las religiones, certámenes, torneos, desafíos, duelos, otorgamiento de honores, graduaciones y hasta en las prácticas bárbaras de los pueblos antiguos de Europa, a la hora de formar su propia familia, para lo que los pretendientes "raptaban" a la que sería su mujer con el apoyo de su padrino, por lo general, su mejor amigo. En todos esos casos, las coincidencias pasan principalmente por las dotes y condiciones personales del eventual Padrino, como ser grado de amistad, maestría, fe religiosa, conducta intachable, caballerosidad, ética. Todos estos atributos, más un alto nivel de responsabilidad por el destino de sus ahijados, le confiere al compadre un rango social casi equivalente al padre, en lo concerniente a la formación de la personalidad de los mismos. En nuestra Mutual, hace ya más de cuatro años, la figura del padrino se vinculó con la solidaridad, que se manifiesta con la incorporación de nuevos asociados-ahijados-, los cuales a través del socio "Padrino Solidario", logran acceder a los múltiples beneficios y servicios de la Entidad. Como podrá apreciarse, el padrinazgo, en el caso de la Mutual, se encuentra comprendido en el propósito de que lo que el padrino realiza se traduzca directamente en beneficio de su ahijado, al igual que ocurre en la relación social de los "compadres". ¿Pero cuál es definitiva y claramente el denominador común del padre y el padrino? Sin lugar a ninguna duda, ambos tienen al mismo tiempo y con relación a una misma persona, el ahijado, un compromiso existencial, que los involucra en una relación de seudo-familia de por vida y, en ese estado que se convierte en una institución cultural, comparten la crianza de un hijo o una hija con igual significación. Entendemos, entonces, que sin perjuicio de honrar a todos los padres, tanto si los tenemos junto a uno como si nos han dejado para pasar a la eternidad, no debemos olvidarnos de hacer lo propio con sus compadres, en esta próxima celebración, que los une en nuestro más cariñoso y emocionado recuerdo.

Alfredo Sigliano
Presidente AMPF