nota editorial junio de 2009

  LAS MUTUALES DE SALUD: SOLUCIÓN PARA AMÉRICA LATINA 
  Y EL CARIBE, INCLUIDO NUESTRO PAÍS 


Un informe especial publicado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) afirma que América Latina padece un profundo “déficit de cohesión social” y señala como una de sus causas (además de la pobreza y la indigencia) a la profunda inequidad existente. El continente americano no se caracteriza por ser la región más pobre sino la más desigual, la más injusta. La brecha que separa a los sectores de la población con mayores ingresos de los más pobres, es la más grande en el orden global. Y es difícil que una sociedad tan inequitativa en el reparto de ingresos y en oportunidades de acceso al trabajo, a la educación, a la salud, y al ejercicio de los derechos ciudadanos, pueda funcionar y convivir de manera cohesionada.

Creemos que el sector social tiene un gran potencial para lograr un crecimiento sostenible y que actualmente ofrece oportunidades para contribuir en el cambio de esa dura realidad. El sistema mutual, que es parte del sector social, trabaja directamente sobre las situaciones de pobreza e indigencia y sobre la desigualdad, ya que tiene como misión el desarrollo humano y la igualdad de acceso a las oportunidades para todos, sin ningún tipo de discriminación ni condicionante. Por lo tanto el mutualismo es un sistema solidario, eficaz y sostenible que garantiza el desarrollo a largo plazo de las sociedades.
Es de destacar, la evolución de los servicios mutuales en diversos ámbitos fundamentales, incluidos la atención de la salud y la extensión de su cobertura y cómo el mutualismo viene impulsando en nuestro país y otros de América, la reducción de la pobreza, el acceso a la educación y a la asistencia sanitaria, dando protección a los grupos vulnerables, alcanzando a las personas de edad avanzada y los trabajadores del sector informal.
Expansión en la cobertura de salud La conferencia de Alma-Ata en 1978 logró dirigir la atención internacional hacia el concepto de la salud como un derecho humano y propuso la atención primaria de salud como la mejor estrategia para poner la salud al alcance de todos los miembros de la sociedad. Un enfoque central de la estrategia es la reorientación de recursos hacia el cuidado básico y hacia la prevención, y no exclusivamente hacia los hospitales y la alta tecnología médica.
La participación social y multisectorial también son elementos claves de esta estrategia.

Conceptualizando en esa línea de pensamiento, la promoción de la salud requiere de la toma de decisiones de los Estados, comprometiendo en el tema a todos los sectores sociales.

Respondiendo a esa premisa y en una acción fundamental, los servicios mutuales están centrados en la salud de sus asociados, es por eso que su meta es el derecho a la salud, que requiere de compromiso formal de los directivos y profesionales y también de la implantación de un modelo de atención que logre instrumentar el acceso a un sistema sanitario inclusivo, participativo y eficaz.
La APS es capaz de mejorar la equidad ya que capitaliza los ahorros (tiempo en la consulta, uso reducido de pruebas de laboratorio) para mejorar la cobertura de toda la comunidad, especialmente la de los más pobres y vulnerables. Es decir la “salud para todos”, como expresó la OMS.

Contenido de la Asistencia Primaria de la Salud ampliada
Medicina Familiar con derivación a todas las especialidades
- Estudios de diagnóstico
- Oftalmología / cirugías
- Odontología / prótesis / implantes / ortodoncia
- Psicología
- Visita médica domiciliaria
- Cobertura en óptica
- Ortopedia
- Enfermería
- Podología
- Farmacia Mutual
- Programas de prevención en la salud

La APS ampliada debe contener, además:
- Educación sobre los problemas de salud más frecuentes
- Atención sanitaria basada en métodos prácticos, científicamente verificados, socialmente posibles y con costos accesibles para la comunidad.
- Cuidado de una nutrición apropiada de la población
- Agua potable suficiente y normas de higiene básicas
- Asistencia materno-infantil, incluyendo planificación de la familia
- Prevención e inmunización contra las principales enfermedades infecciosas
- Promoción de la salud mental
- Suministro de medicamentos
- Enfoque y acción intersectorial (estado y sociedad)
- Estrategia dirigida a toda la población

Programas de prevención en salud
El objetivo primordial de los programas de prevención en salud, es establecer su cuidado integralmente, previniendo las dolencias y posteriores problemas secundarios y concientizando de las ventajas y beneficios de la atención temprana, que redundará en una mejor calidad de vida a través de los años.
- Prevención de dolencias cardio y cerebro vasculares, hipertensión, diabetes, obesidad, salud femenina, chagas y dengue.
- Fomento permanente de actividades sociales y culturales, promoviendo el desarrollo humano y la calidad de vida de los asociados.
- Acceso al turismo, el deporte y la recreación como actividades centrales en la vida de los adultos mayores, alentando y facilitando un proceso de envejecimiento productivo, activo y saludable.
- Programas de asistencia para el desempeño funcional, que permitan a las personas de edad vivir en un entorno que mejore su capacidad, fomente su independencia y les proporcione un apoyo y una atención
adecuados a medida que van envejeciendo.
Es indudable que en la actual coyuntura de crisis global, el mundo ha vuelto decididamente la mirada hacia la APS, particularmente las organizaciones internacionales de la seguridad social y del trabajo (AISS-Asociación Internacional de la Seguridad Social- y OIT-Organización Internacional del Trabajo) y como puede apreciarse en los párrafos precedentes, es el mutualismo, sin lugar a ninguna duda, quien puede cumplir junto a los Estados políticamente decididos, la tarea de reducir sensiblemente las actuales precariedades que en materia sanitaria, afronta América Latina y el Caribe, incluida Argentina.

Decíamos en nuestra Editorial Nº 57 de octubre de 2008, “Será necesario, entonces, no olvidar o desechar la realidad de que las mutuales son los medios que tienen a su alcance los Estados para brindar el servicio de salud a la población, de la forma más económica e inclusiva que pueda lograrse”.

No hay duda, pues, que el sistema mutual, si se advierte el valor y potencial de las entidades que lo componen, por su naturaleza y estructura, resultan el medio más racional, idóneo y seguro para canalizar esa asistencia temprana de la salud que la OMS (Organización Mundial de la Salud) propone establecer universalmente, por cuanto el carácter distintivo que le otorga a las mutuales la falta de ánimo de lucro en su funcionamiento, favorece en grado sumo al propósito de lograr una medicina al alcance de los sectores poblacionales menos pudientes y más excluidos socialmente.