nota editorial septiembre 2006

DÍA DEL MUTUALISMO 2006

Es bueno recordar a la hora de celebrar el día del mutualismo, la esencia del sistema que ha puesto en cabeza de estas asociaciones civiles sin fines de lucro, la responsabilidad de preservar, difundir y tutelar a los valores éticos y culturales de la comunidad en la que actúan, propendiendo sobre todas las cosas, al desarrollo de la persona humana, además de su protección jurídica y social conforme a la dignidad y el derecho inalienable a la igualdad y equidad.

Es universalmente reconocido y valorado, el aporte irradiado por el mutualismo en obras de solidaridad espiritual y material, en los pueblos de todo el mundo, especialmente en los más necesitados de ayuda y apoyo, en los cuales la acción organizada de las entidades constituidas de acuerdo con los principios humanistas, que surgen de su doctrina, ha fortalecido la conciencia común para lograr la identidad y solidaridad que viene produciendo los profundos cambios morales y socio-económicos en la sociedad.

Debe comprenderse la premisa de que no es posible la prosperidad y bienestar material, si no se entiende que la activación del desarrollo social no está limitado a los servicios que brindan las mutuales, por más importantes, eficientes y benéficos que estos sean, sino que es fundamental que las mismas los acompañen con la promoción de la idea de crear las condiciones de libertad e igualdad de oportunidades en su ámbito, haciendo uso de sus capacidades para la educación y mutualización de sus asociados, tarea esta de formación que debe poner su acento, particularmente en transmitir que cada uno de nosotros sumados en el seno de la organización, tiene abierta la posibilidad de cambiar la realidad que lo rodea y hacer que sus sueños y su deseos de realización, se conviertan en las nuevas condiciones sociales de su existencia.

Más allá del festejo puntual a que nos convoca el primer sábado de octubre próximo, es oportuno reflexionar sobre la existencia de la injusticia, pobreza, discriminación, exclusión social, siempre vigentes, e intensificar los anticuerpos que generan las organizaciones solidarias, en procura de neutralizar esos condicionamientos contra los que el hombre lucha desde tiempo inmemorial. También es cierto, que esa lucha será cada día menos cruenta y difícil, en la medida que se potencie el concepto fraternal de AYUDA MUTUA, cuyo origen se remonta a los principios de la historia del hombre y que ha sido indudablemente, un factor gravitante en el incesante desarrollo de la humanidad.