nota destacada marzo 2006

"EL QUE QUIERE PUEDE"

Lidia Hapanowicz, socia de la Mutual, llegó a tomar 24 pastillas por día y tuvo siete intentos de suicidio. Sin embargo, nueve meses de terapia la ayudaron a salir adelante. Hoy está a cargo de SAD, un grupo de contención donde compartir diversas historias de vida.

La búsqueda de uno mismo se encuentra a la vuelta de la esquina. La esquina a veces queda lejos, es inmensa y carga con rincones ocultos, pesados, turbios… Encontrar un camino quizá necesite de algo más que caminar. Lidia Hapanowicz, socia del anexo Villa Lugano, se puso frente a ella, se miró y quiso cambiar su historia, su destino, su vida. “Mis hermanos, para quedarse con la herencia de mis padres, en complicidad con mi marido, me llevaron a una gran cantidad de psiquiatras. Me atribuían esquizofrenia… locura, y tomaba 24 pastillas por día. No sé cómo pasó, pero transcurrieron 25 años. Pero yo no estaba enferma”, explicó.

- ¿Cómo hizo para salir de ese pozo?
- Por esas cosas de la vida, un día me conectan con María del Carmen Fondó, una psicóloga. Con una terapia de 9 meses superé los 25 años. Cuando empecé lo primero que me dijo fue lo que iba a costar sacarme el rol de víctima… debía terminar con el entorno enfermizo con el que cargaba. Tenía que salir sola adelante.

- ¿Cuál fue el momento más duro que pasó?
- Intenté suicidarme siete veces. Cuando me daba cuenta que no era eso lo que tenía que vivir en mi vida, lo intentaba. Por suerte hoy estoy acá y logré alejarme de lo que me hacía mal. Pero lamentablemente siempre se termina en las famosas pastillas. Esa pildorita que muchos esperan no existe, la solución a los problemas no está en un laboratorio, sino en uno mismo. Con perdón de la expresión, pero aferrada a mi sinceridad, uno sale adelante sacándose toda la mierda de adentro.

- ¿Por qué en la carta que hizo llegar al Correo Solidario expresa que es “una elegida de Dios”?
- Fue muy bravo lo que pasé y luché. Yo siento que Dios me encomendó una misión y me iluminó en la creación de SAD - Sociedad Amigos Dificultades - para poder desarrollar actividades de contención, acompañamiento, comprensión y aceptación. De alguna manera, desde esta sociedad sin fines de lucro, devuelvo algo. Nos juntamos en mi casa o donde podemos para compartir nuestras historias de vida. El nombre es por las iniciales de los nombres y el apellido de mis nietos: Sofía – Agustín – Duria. Además, ahora voy a empezar como ayudante en el Moyano (Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Aurelio Moyano).

- ¿Cuáles son los próximos objetivos de SAD?
- Quiero que sea un grupo donde cada uno sienta que pertenece. Tiene que ser un refugio para encontrar salidas. Mi idea central es que “el que quiere, puede”. Ahora, cada dos o tres meses, hacemos viajes de turismo.

- ¿Cuándo se dio cuenta que podía aportar algo desde su lugar?
- De a poco me empecé a meter en cada rincón y ayudaba desde mi experiencia. Encima, en mayo de 1994 almorcé con Mirtha Legrand y me fueron conociendo más a partir de distintos programa de radio y televisión. Podría ayudar a la gente por razones comerciales, pero la cuota o la condición que pongo, es que luego ayuden a los demás. Mis honorarios son enterarme de que ayudaron a otro ser.