LA FORTALEZA DE LA RESILIENCIA DE LAS MUTUALES

 

A lo largo de la historia, nuestras Mutuales han experimentado, recurrentemente, ciclos de crisis de naturaleza económica que enfrentaron, exitosamente, con la fortaleza de sus estructuras, la firmeza de sus convicciones mutualistas, y sobre todo con el esfuerzo encomiable de todos los que componen la fuerza de trabajo de ambas organizaciones.

Esos momentos difíciles tuvieron distinta intensidad y, en todos los casos, obedecieron a causas exógenas, producidas por medidas dispuestas por distintos gobiernos nacionales que afectaron, en mayor o menor grado, la funcionalidad y la estabilidad económico-financiera de AMPF y AMPC.

No es un secreto para nadie que este año 2018, que estamos transitando en sus postrimerías, ha sido incuestionablemente dificultoso y también, ha resultado gravoso para los intereses de las dos Entidades, en razón de las consecuencias derivadas de la situación macro-económica de nuestro país, en forma general, y en particular, por disposiciones de organismos del Estado, tal como la de la ANSES, que obliga a AMPF a un re-empadronamiento de sus asociados, que dependen de esa Administración, de esforzado cumplimiento y de una dudosa legitimidad jurídica.

Tampoco podemos ignorar que los avances tecnológicos que actualmente, en todo el mundo, están anunciando y construyendo una nueva y global revolución operativa y funcional, hacen exigible y propicio que nuestras Mutuales, una vez más, como en tantas circunstancias similares que las han llevado a un progreso constante, encaren en esta coyuntura, este “aggiornamento” de sus fortalezas para lograr emerger como renovadas organizaciones, adaptadas a los tiempos del Siglo XXI.

En consecuencia, la Comisión Directiva de la AMPF resolvió la creación de un Comité de Transformación destinado a que, como en anteriores oportunidades, sea ésta una nueva instancia de optimización y modernización de su estructura funcional.

Creemos que con estas medidas que se están tomando, una vez más, vamos a superar este trance, contando para ello con la invalorable comprensión y colaboración de nuestros trabajadores, cuyas muestras de fidelidad e identidad con las Mutuales, constituyen la mayor riqueza de las mismas.

Por último, convencidos que superaremos este ciclo adverso, con los valores y la profesionalidad que distinguen a AMPF y a AMPC, como paradigmas del mutualismo nacional e internacional, deseo terminar esta editorial felicitando, una vez más, a todos los que día a día honran la responsabilidad de servir a las miles de familias asociadas en todo el territorio de nuestro país y, al mismo tiempo, aprovechar la circunstancia para augurarles unas muy Felices Fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Por Alfredo Sigliano